martes, 27 de mayo de 2014

SOBRE EL RESULTADO DE IMPULSO SOCIAL EN LAS ELECCIONES EUROPEAS.

Queridos amigos y correligionarios. Hoy he tenido mi día de reflexión tras el fracaso que ha supuesto la coalición Impulso Social, de la que forman parte la Comunión Tradicionalista Carlista, Alternativa Española y Familia y Vida. A las cosas hay que llamarlas por su nombre y no llegar a 18000 votos es un fracaso. Con paños calientes no vamos a ningún lado. Nos podemos excusar en la aparición de VOX, o en el escaso medio que nos han hecho los medios de comunicación mayoritarios, o en lo que queramos, pero el resultado, a la vista está.
 
 
 
Dicho esto, me gustaría subrayar que este experimento electoral me ha servido para conocer mucha gente con la que tengo muchas cosas en común y espero seguir compartiendo amistad. Pero también han sacado a la luz muchas cosas que no compartimos (sobre todo de cara al futuro), y otra mucha gente con la que no tengo nada en común. Y esto, así de claro, lo tenemos (aunque muchos no lo digan) claro, muchos militantes de AES, Familia y Vida, y CTC.
 
Llegado a este momento, creo que hay que tomarse Impulso Social como un noviazgo. Nos hemos conocido, pero no ha llegado a buen puerto. Seguiremos en contacto, trabajaremos en lo que coincidamos, pero cada uno debe seguir con su camino. CTC, AES y FyV deben seguir luchando por la consecución de sus ideales, y yo a su lado en lo que comparta. Juntos pero no revueltos.
 
 
Esta coalición se ha basado en los principios no negociables que indió el Santo Padre Emérito Benedicto XVI. COMO CARLISTA, mis 4 principios no negociables son DIOS / PATRIA / FUEROS / REY.

 
 
El carlismo tiene una doctrina transversal, y, según con quién nos quisiéramos juntar, también lo podríamos haber hecho con partidos de todo el arco parlamentario. Esa es nuestra riqueza. Y la hemos dejado maniatada. Repito. Está bien que lo hayamos intentado y por nosotros no ha quedado. Pero la cosa se acabó, y ahora, cada uno debe seguir con su vida.
 
 
A modo de resumen, creo que seguir con esta aventura no conseguirá otra cosa sino la destrucción identitaria de la CTC y su disolución con otras fuerzas politicas.
 
 
Este escrito es una reflexión personal sobre el resultado de las últimas elecciones europeas. En próximas entregas presentaré mis propuestas constructivas de cara al futuro.

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