lunes, 11 de abril de 2016

REFLEXIONES POR D. CARLOS JAVIER


Los comunicados de don Carlos Javier de 5 de marzo de 2015 y el reciente de 9 de marzo de este año causan, en algunos, temblores en los cimientos de su ideario (de ellos) por la utilización, por parte de D. Carlos, de unos términos, al parecer, poco correctos, heterodoxos y dignos de anatema. Ello puede provocar y provoca, en algunos, críticas que además de salir al dominio público, utilizan maneras en las que se duda de su ortodoxia y cristianismo por causa de algunos de sus ancestros.




No aclararé, todas las críticas que se difunden, pues en este caso mi carta sería larguísima, y a pesar de ello será larga; sólo espero que deduzcan después de esto, que si en mucho se han equivocado, por extensión piensen que en lo que no  corrija tal vez también puedan estarlo.

Cuando se critica a don Carlos Javier por su abuelo (lo que se dice es totalmente cierto) implícitamente se da a deducir algo que no es nada cristiano; hay que dar pruebas. En el libro sagrado por antonomasia se puede leer más de una vez que “no pagarán los hijos los pecados de los padres” ¿esto os suena? El padre de San Agustín y él mismo durante su juventud tuvieron una vida “ejemplar”. ¿Qué diríamos de San Agustín con tal padre y tal juventud? Como me gusta fundamentar más lo que digo os invito a leer la “Genealogía del Mesías” del evangelio de San Mateo y veréis que Judá (uno de los doce hijos de Jacob) era un putero y Tamar no era precisamente una doncella, que el Santo rey David era un asesino y le perdía la entrepierna, Betsabé la mujer de Urías era una mujer fácil y la mayor parte de los reyes descendientes de la casa de David unos impíos. Con estos ancestros y esa lógica ¿qué no diríamos del Hijo de Dios?

Como se suele dar a entender más cosas por su pertenencia a la casa de Orange os recordaré que la familia no se elige (luego volveré a ello), sino que nos viene dada, y que, en una familia y país de luteranos, ser católico no es nada fácil; que en su caso ha sido una elección el seguir al Papa de Roma, no como en el nuestro que ha sido continuación de un contexto y cultura católicos, y por ello tiene más valor si consideramos que esto le ha supuesto renunciar a sus derechos a la sucesión del trono de Holanda, ya que en ese país, por Ley Constitucional, los católicos no pueden ser Reyes de los Países Bajos. ¿Os parece eso ser poco católico, a qué hemos renunciado cada uno de nosotros por nuestra catolicidad para exigir a otros?


La crítica puede ser más mezquina cuando nos referimos a la manera que tiene don Carlos Javier de ganarse la vida. ¿Acaso no tiene que ganarse la vida como cualquiera de nosotros? ¿No sabéis que no cobra por pertenecer a la familia real de los Países Bajos y por tanto algo tendrá que hacer para ganarse el pan para él y su familia?¿Qué de malo hay en ser bancario, que no banquero, o incluso banquero siempre que se sea honrado? Si sabemos que en su trabajo no es honrado, digámoslo, pero con datos; no veamos maldad en su manera de ganarse la vida cuando sólo  nosotros la percibimos.

Sí, a mí también me gustaría que viniera con más frecuencia, pero también entiendo que si tiene que trabajar, su tiempo no es totalmente suyo, sólo los que detentan coronas (que reciben dinero de los contribuyentes) pueden dedicar todo el tiempo a lisonjear a quienes les apoyan porque ellos no tienen que ganarse la vida como tú, como yo o como don Carlos Javier, aunque me gustaría tener su empleo. Por otra parte no es menos cierto que si bien como ciudadano puede viajar y residir en España, eso no sería tan fácil cuando su residencia aquí fuera como pretendiente- legítimo al trono de San Fernando. Como titular de la Monarquía Legítima está, en algún modo, en el exilio.

Ahora me gustaría hablar de contenidos a sabiendas que a todo no voy a llegar. Don Carlos utilizar la palabra democracia (y a esta como a otras se le puede dar varios significados, alguno espurio) de manera distinta a lo que estamos acostumbrados. Como doy por admitido que estaréis al día en las encíclicas de los Papas (pues de ser buenos católicos hablamos y exigimos a los demás) os rogaría la lectura de la Centesimusannus firmada por el Papa Juan Pablo II, en su apartado 46 cuando habla que la Iglesia aprecia el sistema de la democracia siempre que cumpla una serie de circunstancias (luego hablaremos más de ella). A este respecto en la página de Lealtad Digital de fecha 9 de febrero de este año, que luego fue difundida por la C.T.C., apareció un artículo titulado “El Príncipe Cristiano”. En él, muy bien fundamentado, se concluye que sólo los príncipes carlistas podían presumir de democráticos, entendida democracia en el concepto que defiende y define la Iglesia, no en el que otros nos han vendido y hemos comprado. ¿En qué nos basamos para pensar que don Carlos cuando piensa en democracia no lo hace en el sentido que dice el Papa Juan Pablo II? Aún más os diré; la democracia nació en el campo, en los concejos abiertos que defendían nuestros tatarabuelos de 1833 y en el que también participaban las mujeres con voz y voto, aunque ellos esa palabra no la conocían y los que la conocían la rechazaban por estaba unida a esa revolución y por tanto era un concepto pervertido. Pero se supone que nosotros estamos más leídos.



Si leemos el manifiesto del 5 de marzo de 2015 ¿Qué tenemos que alegar de ser federalista o que sea poco cristiano el apoyar el principio de subsidiariedad, el superar el individualismo y el apoyo a la comunidad y democracia después de lo que os he explicado? ¡AH! Falta una cosa, pero no se puede tener un Príncipe perfecto, pues ni los Papas lo han sido, son ni serán. La autogestión faltaba. Me malicio que o algunos tienen  prejuicios en contra de ella, o no saben lo que es autogestión. La autogestión es otra manera de llamar al cooperativismo que no es del campo, lo que en su momento, cuando sólo el cooperativismo agrario se conocía, insinuar su extensión a las fábricas u otros sistemas de producción, y por tanto de distribución de la riqueza, era ser tildado de socialista en el peor de los sentidos. Si leemos algo de aplicación al caso concreto de la doctrina social de la Iglesia, puedo ayudaros diciendo que el actual arzobispo de Granada, nada sospechoso de progresista, don Francisco Javier Martínez Fernández, bendice la autogestión como otra manera lícita de producir riqueza adecuadamente y excelente distribución de la misma. La encíclica “Laborensexercens”  (Juan Pablo II) en su punto 17 habla del “empresario indirecto” y en el 17.1 añade que este concepto puede extenderse “a toda la sociedad” ¿Entonces qué hay de poco cristiano en intentar extender lo más posible este medio moralmente lícito de producción?

Sin dudar de que ha habido impulsos internacionalistas nacidos de sociedades nada católicas, no es menos cierto de que el Papa Juan XXIII en la “Pacem in terris” habla de la necesidad de una autoridad pública de alcance mundial (136,137) para en el 138 proponer los criterios para dicho establecimiento. En la encíclica “Gaudium et spes” del Papa Pablo VI dedica toda su Sección II  a“edificar la comunidad internacional”. El Papa Francisco también habla de aprovechar la globalización para extender el Evangelio en su exhortación apostólica “Evangeliigaudium.” Y para mi maldad ¿qué es la Iglesia Católica, sino la obra de Cristo con vocación de universalidad y por tanto de globalidad? Dado que lo que nos viene, en lo que se refiere a Europa, es algo ineludible,¿qué mejor que don Carlos Javier nos anime a poner nuestra experiencia (que sólo los carlista tenemos) y nuestro grano de arena para que la mala experiencia española no se repita y convierta en mala experiencia europea. Lo contrario será dar cabezazos contra la pared, y sólo conseguiríamos ganar si todos los carlistas fuéramos aragoneses, pero no es el caso.

En lo que concierne a la ecología que el Papa Francisco ha puesto de moda, es algo que viene de antiguo en la doctrina de los Papas, si bien no de una manera tal clara, ni dedicando una sola encíclica a este tema. Si leemos la “Populorumprogressio” de Pablo VI, en el punto 22 explica cómo debe entenderse el deber del Génesis de “llenad la tierra y sometedla”; en la “Gaudium et spes” del mismo Papa, expone en su punto 69 cómo debe de entenderse el que “los bienes de la están destinados a todos los hombres” y en la “Octogésima adveniens” también del mismo Papa, su punto 21 se titula directamente y sin más ambages :“Medio Ambiente”. Hay algo de malo en que, siguiendo la doctrina de los Papas y como buen cristiano, don Carlos Javier también muestre su preocupación por el tema. ¿Por qué tendría que hablar de lo que cada uno de nosotros quiere y no de lo que él ve desde una posición más elevada y superior criterio?

En cuanto a los llamados derechos humanos que se dice y con razón que devienen de la revolución francesa; me permitiréis que algunas veces utilice la expresión de derechos del hombre pues de esta manera nació en dicha revolución. Es cierto que la Iglesia no utilizó antes esto porque siempre defendió y sostuvo que primero fueron las obligaciones o deberes y a continuación vienen los derechos como garantía de cumplimiento de las mismas. Hoy sigue defendiendo esto mismo pero cuando se estudia filosofía jurídica y materias similares. La realidad es que incluso en temas tales como las encíclicas, y a fin de hacerse entender (muy importante el hacerse entender, aunque es cierto que no hay más sordo que el que no quiere oír), unas veces utiliza la expresión de derechos del hombre, otras de derechos de la persona y otras de derechos humanos. “El compendio de doctrina social de la Iglesia” está plagado de expresiones como las citadas con lo que, por mor del entendimiento para la mayoría, puede llevar a equívocos a algunos que se la cojan con papel de fumar (perdonen Vuestras Excelencias el vulgarismo). En la “Pacem in terris,” en los puntos 11 al 27 se habla de los derechos del hombre, y el 75 se aboga por la “redacción de una carta de los derechos del hombre (como vemos,tenemos al santo Papa Juan XXIII utilizando terminología de la revolución francesa) y para colmo de sus “maldades papales” el 139 de esta encíclica lo titula a “que la autoridad mundial debe proteger los derechos de la persona humana”.En la “Gaudium et spes” en el punto 27, y aplicando algunos razonamientos, el revolucionario y masón Papa Pablo VI habla de los derechos de la persona humana. Para colmo de males, el Papa Juan Pablo II, que después de lo que voy a citar deviene incalificable en el marco de algunas lógicas, no en la mía, desarrolla en la “Laboremexercens” su punto 16 “en el amplio contexto de los derechos humanos” rematando la faena en la “Sollicitudoreisocialis” cuyo punto 33 y para colmo de los anatemas lo titula “el respeto de los derechos humanos.” Y este último Papa que al parecer debía de tener cuerno y pata de cabra, en su encíclica “Centesimusannus” y como ya antes había dicho qué entendía por democracia, que no es lo que al parecer muchos de nosotros creemos, pues os lo he explicado arriba, en el punto 47 de la misma dice “es necesario(imperativo papal) que los pueblos que están reformando sus ordenamientos, den a la democracia un auténtico y sólido fundamento mediante el reconocimiento explícito de estos derechos”(en mi libro de encíclicas, cinco líneas antes, había citado “al ideal democrático junto con una viva atención y preocupación por los derechos humanos”). Sobre este tema no voy a abundar más pero queda más que claro que alguien que sigue la doctrina de la Iglesia y su terminología no puede ser tildado de mal cristiano, y en el caso que nos ocupar de ser un mal Príncipe Cristiano, pues el que obedece a Pedro no se equivoca; en todo caso se equivocará Pedro.Puede que no estemos de acuerdo con Pedro, pero en este caso tenemos dos problemas, uno con Pedro y su Iglesia y otro de humildad, lo que no es muy cristiano pues está próximo a la soberbia.



Lo último que quería deciros es que las redes sociales, por ser públicas, no son las más adecuadas para exponer este tipo de disensiones que, aun legítimas, deberían de quedar en casa; esto debemos de tenerlo muy claro pues ya somos mayorcitos. La familia no se elige y el Rey tampoco, nos vienen dados y los trapos sucios, si los hay (que como acabo de demostraros no los hay, en todo caso nos falta bastante conocimiento y aceptación de que no estamos en la posesión de la verdad) se lavan en casa. No tenemos otro que pueda alegar legitimad y aun si fuera malo (que no lo es) es el mejor que tenemos; y si lo comparamos con lo que hay por ahí, pues ese es el contexto en el que hay que hacer las comparaciones, gana muchísimos enteros.

Como comprenderéis flaco favor hacemos al carlismo con estas trifulcas, pues nuestros enemigos gracias a nuestras imprudencias, estarán aplaudiendo hasta con las orejas.

Atentamente, con humildad y la esperanza de que esto os sirva.

Lorenzo Sánchez.


1 comentario:

  1. Carlos Javier es un agente europeísta, globalista y al servicio de la usurpación. Emite cantos de sirena, pero ni tan siquiera presenta pleito dinástico. No tiene ningún derecho a nada, como no lo tenía su abuelo, ese se apropió de una herencia que se le confió como albacea.

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